El arzobispo primado de México consideró que todas las capacidades del hombre deben estar siempre al servicio del prójimo, de su pueblo y de la sociedad. "La razón de nuestra vida es servir a los demás".
En la Catedral Metropolitana, oró por la paz del mundo, por la salvación de todos los hombres y para que sanen los corazones de quienes promueven la violencia y el terror en el mundo.
En el evento, Aguiar Retes entregó una moneda antigua a cada seminarista que lavó los pies en señal de humidad, como recuerdo a esta celebración.
Paralelamente a la misa, miles de fieles evocaron la visita de las "siete casas", que recuerda el camino de Jesucristo al Calvario antes de ser crucificado.