Los exiliados españoles dejaron honda impronta en Colegio de México, que cumple 70 años

Un grupo de intelectuales españoles llegados a México en 1938, en pleno fragor de la Guerra Civil (1936-1939), se convertiría en la semilla de la que surgió el Colegio de México (Colmex), una institución educativa marcada por la impronta de los exiliados y que hoy cumple 70 años.

Etiquetas: 

00016040-original.jpeg

El escritor mexicano Carlos Fuentes (d) firma un libro en presencia del presidente del Colegio de México, Javier Garciadiego (i), quien ensalzó la influencia que los intelectuales exiliados españoles en México.

En entrevista con Efe a propósito de la efeméride, el presidente del Colmex, Javier Garciadiego, destacó, entre otras contribuciones de los exiliados, "una dedicación al trabajo obsesiva", que han heredado los académicos y estudiantes vinculados hoy a la institución.

Galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2001, la que fuera la Casa de España en México de 1938 a 1940 fue reconvertida el 8 de octubre de ese año a lo que hoy se conoce como el Colmex.

En sus primeros dos años de vida, el centro creado a sugerencia de Daniel Cossío Villegas se convirtió en un amable refugio para los españoles invitados por el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940) en momentos difíciles para la República española.

Aquel selecto grupo lo formaron figuras como el poeta León Felipe (1884-1968), el sociólogo José Medina Echavarría (1903-1977), el jurista Luis Recasens Siches (1903-1977), el historiador Ramón Iglesia (1905-1948), y los musicólogos Adolfo Salazar (1890-1958) y Jesús Bal y Gay (1905-1993).

A ellos hay que sumar personalidades como los filósofos María Zambrano (1904-1991), Joaquín Xirau (1895-1946), Eugenio Ímaz (1900-1951) y José Gaos (1900-1969).

A partir de las "solicitudes de cobijo de decenas y cientos de españoles, muchos de ellos intelectuales", dijo el académico, esta institución fundada con un atisbo de provisionalidad dio un giro y adquirió una vocación permanente que ha durado hasta nuestros días.

"El Colmex se quedó como un centro de investigación y docencia de alto nivel, posgrados, maestrías, doctorados, en humanidades, literatura e historia, y en ciencias sociales: economía, demografía, sociología, desarrollo urbanístico", agregó Garciadiego.

"Durante los primeros veintitantos años, yo diría, predominaban los profesores que habían llegado con el exilio español. Se les fueron incorporando algunos mexicanos y de otras nacionalidades, pero básicamente fue una institución del exilio español, aunque ya con el nombre de Colmex", indicó.

Su presidente recuerda que buena parte del carácter que hoy tiene el Colmex deriva de quiénes eran aquellos primeros españoles.

"No tenían vida social, porque su familia y amigos se habían quedado en España. Tampoco querían participar en política porque estaban ellos asilados (...) El resultado fue que sin vida social, sin vida política, y con una economía muy limitada, porque no tenían otras redes extra más que su trabajo, se convirtieron en unos trabajadores de una disciplina brutal", señaló.

Hasta la década de los sesenta fue un centro donde predominaban los temas hispanomexicanos, pero adquirió miras más amplias en ese decenio.

Hoy cuenta con siete centros de investigación desde donde se imparten dieciocho programas docentes. En sus despachos y aulas hay 190 profesores-investigadores de tiempo completo y 360 estudiantes de tercer ciclo.

A su septuagésimo aniversario el Colmex llega "como una institución muy homogénea, muy sólida", que ha obtenido "reconocimientos internacionales de todo tipo", según su presidente.

"Desde aquí se forman funcionarios del más alto nivel y colaboramos en el diseño de políticas públicas en México, por decir algo, la política migratoria, la demográfica, la internacionalización de la economía", agrega.

El Colmex vivirá hoy una ceremonia encabezada por el presidente Felipe Calderón, a quien le entregarán los académicos una colección titulada "Los grandes problemas de México", formada por 16 volúmenes con 220 ensayos y 7,700 páginas "con planteamientos propositivos para solucionar problemas concretos".

"Queremos colaborar con el país en este año del Centenario de la Revolución y del Bicentenario de la Independencia aportándole muchas publicaciones, no sólo de carácter histórico", concluyó Garciadiego.