El director general ejecutivo de Cemex, Fernando González Olivieri, destacó que la llegada en 1992 a España marcó un hito histórico para la compañía, que inició de ese modo su transformación en una empresa global.
En su primer año en España, la cementera mexicana compró Valenciana de Cementos Portland, y después la empresa Auxiliar de la Construcción (LACSA), que eran los más grandes en este país.
González recordó el liderazgo de Lorenzo Zambrano en Cemex desde mediados de la década de los años 80, y la determinación con la que dio el paso al exterior: “o competíamos con los más grandes o nos absorberían”, y también mostrar que una empresa mexicana podía estar entre las más grandes del mundo.
Señaló que “el modelo de negocio tuvo en España una prueba de fuego”, pero también la presencia en este país “fue clave para acceder a mercados financieros importantes para la expansión internacional mediante adquisiciones en diferentes países del mundo”.
Agregó que en años recientes la crisis económica internacional tuvo su mayor impacto en el negocio en España, donde la caída de la demanda de material de construcción fue del 82 por ciento, pero ahora se ve que las medidas implementadas en aquel momento empiezan a dar sus frutos.
El presidente y consejero delegado de Cemex España, Pedro Palomino, coincidió en que los años de crisis pasaron factura a la compañía, pero la fortaleció para buscar en estos años ser el referente de los materiales de construcción en ese país.
Refirió que la empresa mexicana trajo a España un modelo de negocio eficiente y aportó valor a la industria del cemento, y tras sus primeros 25 años “se afronta el futuro con fuerza, ganas y optimismo”.
En este acto, el actual presidente de Telefónica y ex alto ejecutivo de Cemex España entre 1995 y 1999, José María Álvarez Pellete, recordó sus años en la empresa y su asombro de cómo en los años 90 se consolidó como empresa latina en el desarrollo económico español.
Recalcó que el mundo vive una revolución tecnológica que impactará de tal modo que “todos las compañías de todos los países deberán adecuar su modelo de negocio” a esta nueva era, como también el sector del cemento.
El acto fue clausurado por la embajadora de México en España, Roberta Lajous Vargas, que consideró a Cemex como “el ejemplo más claro de la cercanía de las empresas globales mexicanas con España, y como desde este país se ha proyectado a toda Europa e incluso hacia otros horizontes en África y Medio Oriente”.
Apuntó que en estos 25 años, los productos de Cemex han estado presentes en las principales obras de infraestructura de España, participando del crecimiento, despegue y afianzamiento de su economía en el entorno de la Unión Europea.
“Todo ello constituye una muestra del papel que ha jugado esta importante empresa global fundada en Monterrey, Nuevo León, México, hace 109 años”, agregó.
En la actualidad Cemex España posee siete fábricas integrales de cemento, con una capacidad para producir 10.4 millones de toneladas de cemento al año, 44 plantas de hormigón, seis canteras de áridos en activo, nueve terminales marítimas, 10 centros de distribución terrestre y una planta de mortero.
En 2016, alcanzó unas ventas de 319 millones de euros (unos 378 millones de dólares) con una plantilla de mil empleados, que le permite distribuir sus productos por el 80 por ciento del territorio nacional.