China experimentará con yuan convertible en zona de libre comercio Shanghái

China experimentará con reformas como la libre convertibilidad del yuan y una apertura del sector de servicios en la zona de libre comercio de Shanghái que comenzará a funcionar el domingo, según anunció hoy el Gobierno.

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El Consejo de Estado (Ejecutivo) confirmó hoy formalmente la lista de reformas económicas y financieras que llevará a cabo en esa zona, y para lo que se suspenderá allí la ley local china hasta octubre de 2016.

La zona está llamada a revolucionar el peso de Shanghái, del yuan y de la economía china en el sistema financiero y económico mundial, pues se busca una influencia para la ciudad similar a la de Londres y Nueva York en 2020, a lo que aspira con reformas como el libre cambio del yuan y unos tipos de interés marcados por el mercado.

La libre convertibilidad de su moneda y la consiguiente imposibilidad de mover libremente fondos dentro y fuera de China era hasta ahora el principal obstáculo para ello.

Hasta ahora en China el yuan sólo es convertible con fines comerciales, como comprar productos importados o reconvertir los beneficios de la exportación en fondos denominados en yuanes, aunque lo que Pekín contempla es que, con excepciones, las firmas que abran cuentas libres en la zona deban cerrar las que tengan en China.

Este "mini-Hong Kong" en las afueras de Shanghái, como le ha llamado la propia prensa hongkonguesa, será la primera zona de este tipo en territorio continental chino bajo el Convenio de Kioto, y competirá con otras zonas similares asiáticas, como Singapur, la surcoreana Busán o Hong Kong.

Como Convenio de Kioto se conoce a la Convención Internacional para la Simplificación y la Armonización de los Procedimientos Aduaneros, de 1974, que establece que en una zona de libre comercio se puede depositar, manejar, fabricar, reconfigurar y volver a exportar productos sin la intervención de las aduanas locales.

Junto con estas posibilidades se darán así en la zona reformas experimentales de apertura del sistema financiero chino, que Shanghái tendrá un mínimo de tres años para poner a prueba.

Según lo anunciado hoy, la zona permitirá reformas en los servicios financieros, bancarios, contables y legales, el comercio marítimo, la construcción, la inversión extranjera, la sanidad y los seguros médicos, las firmas legales, las telecomunicaciones, las agencias de empleo y de viajes, la cultura y el entretenimiento.

Con un área inicial total de 28.78 kilómetros cuadrados, la zona empezará a funcionar aprovechando las instalaciones de su aeropuerto internacional (Pudong), su puerto de aguas profundas (Yangshan) y la zona franca y logística de su puerto de Waigaoqiao, que junto con Yangshan hace de Shanghái el puerto más activo del planeta.

Según se ha confirmado hoy, se fomentará la instalación en la zona de bancos extranjeros, mixtos y de capital privado.

En lo comercial, la zona creará un mecanismo para el comercio internacional de materias primas como metales, carbón, petróleo, gas y alimentos, y permitirá con el tiempo que las firmas extranjeras comercien directamente con futuros de estos productos, al contrario de lo que ocurre hoy con las bolsas de futuros chinas.

La zona permitirá operar allí además a bancos extranjeros, y a los bancos chinos hacer negocios internacionales, así como la apertura de centros médicos de capital extranjero, y crear firmas logísticas mixtas con menos límites a la participación foránea, y se abrirá también la zona a las firmas de telecomunicaciones mundiales.

Además, entre otras medidas relacionadas con la enseñanza, la sanidad, el turismo, la cultura y las telecomunicaciones, se permitirá que barcos sin bandera china, aunque bajo control de navieras chinas, distribuyan carga entre Shanghái y otros puertos del país, y que se instalen en la zona navieras internacionales.

Para hacer todo esto posible, las normas nacionales y locales que regulan la inversión extranjera en Shanghái serán suspendidas dentro de la zona de libre comercio, es decir, sobre el papel fuera, para el comercio, de las fronteras chinas, durante al menos tres años, a partir del próximo 1 de octubre, también Día Nacional de China.