¿Cómo afrontar los retos del COVID-19 en la industria cervecera con inteligencia operativa?

El COVID-19 generó afectaciones a todas las industrias tanto en México como en Latinoamérica. Pero hubo una que sufrió de manera particular, llevando el impacto hasta el cierre total del sector durante las semanas más severas de la cuarentena: la cervecera.

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Esta industria es relevante para la economía del país si consideramos que, de acuerdo con la Cámara de la Cerveza, de la CONCAMIN, México es el cuarto país productor de cerveza en el mundo con 120 millones de hectolitros anuales.

Pero el COVID-19 detuvo de tajo la producción. El gobierno ordenó detener las actividades ‘no esenciales’ para mitigar la ola de contagios por el virus y empresas como Grupo Modelo y Cuauhtémoc Moctezuma suspendieron su producción. El impacto no solo fue para las grandes empresas del sector: el 96.8% de las cerveceras artesanales de México habían parado por completo sus operaciones al 5 de mayo, dejando como resultado un desplome de 78.8% en ventas y un panorama poco alentador, según cifras de la Asociación Cervecera Mexicana.

¿Qué se puede hacer para contrarrestar esos efectos negativos? Las firmas del sector tienen como principales retos reactivar las plantas de forma eficiente, rápida y con la mayor cantidad de ahorros posibles en el proceso. Para ello, pueden hacer uso de una infraestructura de datos robusta para generar la inteligencia operativa como aliada tecnológica para mejorar sus procesos de producción en la reactivación de las actividades y generar ahorros importantes al momento de producir cerveza.

La inteligencia operativa se apoya en herramientas como el Internet Industrial de las Cosas (IIoT), que utiliza los datos generados por la maquinaria de las plantas mediante el uso de sensores y el análisis de esa información, en cantidades que sin estas soluciones serían casi imposibles de conseguir o demasiado costosas para las empresas. Lo anterior, le ofrece a las compañías la posibilidad de complementar la información con la que cuentan con datos en tiempo real de la producción y del estado de salud del equipo, para generar una mayor visibilidad y comprensión de lo que sucede en los distintos procesos de sus operaciones e incluso de maquinaria empleada para dicho trabajo.

Otra de las ventajas que ofrecen estas soluciones es la de permitir monitoreo de manera remota; e inclusive el control del piso de producción en dicho modo, lo que es esencial para aquellas empresas que cuentan con plantas en diferentes regiones. Todo lo anterior deriva en resultados que ayudarán a una toma de decisiones más informada, acertada y productiva.

Un ejemplo de cómo las cerveceras pueden conseguir ahorros de distintos tipos gracias a esta tecnología es Heineken. La empresa tenía entre sus planes ahorrar agua al momento de producir su cerveza e incrementar la eficiencia energética con el fin de volverse más sustentable. La firma llevó la tecnología de PI System de OSIsoft a su planta de Sevilla, en España. Dichas instalaciones son las más grandes de Europa con capacidad de producir 5.2 millones de hectolitros anuales.

La firma integró sensores en su maquinaria para hacer el monitoreo en tiempo real de su gestión de agua. La compañía obtuvo información al instante y generó reportes de esa actividad de forma diaria, semanal y mensual, además de que comenzó a recopilar datos sobre sus emisiones de CO2.

Heineken redujo el consumo de agua para su producción en un 25% y en un 40% la cantidad de emisiones de CO2 generadas, con respecto a los niveles registrados 4 años antes de la implementación de la tecnología. Además, la empresa redujo de 80% a 10% el tiempo que invertían sus colaboradores en la labor de recopilar datos, lo que generó mayor productividad, ya que los empleados comenzaron a enfocar sus esfuerzos en el análisis de esa información y en la generación de resultados. Como lo hizo Heineken, las empresas pueden enfrentar el reto de ahorrar en cuanto a materias primas para la producción e incrementar la eficiencia de la maquinaria.

Lo anterior resultó en un ahorro de hasta 72 horas de tiempo de producción por fermentados dentro de sus instalaciones. Así, esta y otras empresas generan un ahorro importante de tiempo en su producción, un desafío relevante para la industria durante la etapa de reactivación, en la que debido al impacto negativo del COVID-19 requieren producir más en menos tiempo.

Los casos anteriores muestran cómo la industria cervecera puede apoyarse de la inteligencia operativa para conseguir beneficios necesarios en una era de incertidumbre como la que se presenta luego de la pandemia. Además de los ejemplos anteriores, las empresas pueden también generar ahorros de energía importantes debido al uso de la inteligencia operativa, generando datos que les ayuden a volverse más eficientes durante su producción y que les ayuden a apegarse de mejor manera a las regulaciones energéticas y ambientales.

Desde luego la reactivación del sector, así como de otras industrias, no será sencilla ni inmediata, pero los efectos negativos se pueden combatir de forma adecuada si se cuenta con las herramientas necesarias para lograr ahorros de tiempo y dinero, elevar la productividad en todos los niveles y lograr la eficiencia operativa deseada, con apoyo de las soluciones tecnológicas.