La compañía tecnológica finlandesa advirtió de que su facturación entre abril y junio será muy inferior a su última estimación -entre 6.100 y 6.600 millones de euros-, debido a una caída del precio medio de sus teléfonos y a un menor volumen de ventas.
También señaló que su margen operativo no se situará entre el 6 y el 9 por ciento, como preveía anteriormente, sino que será mucho menor por la caída de las ventas netas, por lo que apenas espera obtener beneficios para este trimestre.
Nokia achacó la rebaja de sus previsiones a "múltiples factores negativos", entre los que mencionó el endurecimiento de la competencia en el sector, particularmente en China y Europa, y a que vende cada vez más teléfonos móviles de gama baja y menos "smartphones", lo que reduce su rentabilidad.
La constante pérdida de cuota de mercado en el segmento de los teléfonos inteligentes llevó al fabricante finlandés a anunciar el pasado febrero un cambio radical de su estrategia y a adoptar el sistema operativo Windows Phone como principal sistema operativo para sus "smartphones", en perjuicio de Symbian y MeeGo.
"Los cambios de estrategia son difíciles. Tenemos la necesidad de crear productos móviles sensacionales, y por eso debemos acelerar el ritmo de esta transición", afirmó en un comunicado Stephen Elop, consejero delegado de Nokia.
Elop expresó su confianza en que Nokia sea capaz de lanzar su primer móvil dotado con el sistema operativo Windows Phone durante el último trimestre del año.
Poco después de rebajar sus previsiones, las acciones de Nokia caían más de un 14 por ciento en la Bolsa de Helsinki y cotizaban por debajo de los 5 euros.