De esta manera, plusvalía hace referencia al valor que van agregando las propiedades con el paso del tiempo, es decir es el incremento de su precio comercial o de venta. Aquí, hay que acotar que sólo puede existir plusvalía real cuando este incremento de valor supera los niveles de inflación, de tal forma que ambos no pueden crecer en ritmos iguales, la plusvalía siempre debe ser superior para existir de manera real.
Ahora bien, ¿qué determina la plusvalía de una propiedad?
Muchos son los elementos que le dan plusvalía a un bien inmueble: su ubicación, la infraestructura que la rodea, así como los servicios con los que cuenta tanto zona como propiedad, amenidades, planes de desarrollo, cantidad de escuelas, hospitales, centros recreativos y culturales, la relación oferta/demanda incluso si la vivienda es nueva o vieja o si ha sido mejorada o remodelada o el llamado “factor vista”.
Así, la plusvalía es un valor difícil de medir pero que, día a día, en nuestra sociedad, cobra más importancia y para muestra el polémico botón que apretó la Constituyente capitalina a la par de la ALDF, cuyos dimes y diretes explica Lamudi.
En contraparte a la plusvalía se encuentra la minusvalía, la cual es la pérdida de valor de una propiedad por desastres naturales, inseguridad, violencia o rezago urbano y un ejemplo de esto es la situación que años atrás experimentaron los inmuebles de estados como Tamaulipas y Michoacán por la situación de insegurida, que impactó la vida de sus habitantes o bien la caída de precios que experimentaron los inmuebles en la colonia Roma y Condesa luego del terremoto de 1985.