Insta Restrepo a encontrar la cotidianeidad

La escritora colombiana Laura Restrepo ofreció un desglose de tres valores que han sido fundamentales en las grandes obras latinoamericanas: la mentira, el secreto y el perdón.

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Laura Restrepo en la presentación del libro La multitud errante en la 24 edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara © FIL 2010 Michel Amado Carpio.

La literatura latinoamericana, de acuerdo con la escritora colombiana Laura Restrepo, aún vive supeditada a lo que otras culturas esperan que se produzca en el territorio, es decir, esos productos culturales ruidosos, como de feria y con sonidos de maraca, que no se atreven a internarse en el estudio de la cotidianeidad.

Este elemento, recordó a los asistentes a su conferencia del miércoles por la noche, sí está presente en otras literaturas, y solo en menor grado es conductor de los afanes literarios de la América hispana.

La colombiana dedicó el resto de su ponencia en desglosar tres conceptos que, a su parecer, han regido en las letras de esta parte del mundo, a saber, la mentira, el secreto y el perdón.

“Si hay algún pueblo de secretos, somos nosotros”, sentenció la creadora.

Restrepo se condujo durante menos de una hora con una erudición clara, sin dejar de lado intermitentes brillos de humor, y mencionó que el secreto forma parte de los grandes ejes literarios de América Latina como resultado, en parte, del gran arraigo de los valores cristianos en esta sociedad.

La moral, la dignidad y la honra, explicó, son fichas de juego básicas entre los grandes autores de la región y pueden entenderse como derivados de una misma fuente, que es el secreto y su conservación.

La mentira tiene cierta relación con el secreto, en tanto arma para esconder lo verdadero, que se mantiene críptico, y recordó algunos casos latinoamericanos, como los textos de Jorge Ibargüengoitia, en donde los asesinatos desatan situaciones en las que es fundamental mentir.

El perdón, por último, ha encontrado un sitio en la historia de las letras desde el Sur del Río Bravo hasta el Cono Sur; en muchas de las ocasiones, como compañero del sentimiento de culpa, tan arraigado en culturas con herencia católica.

Restrepo dijo que prefiere el perdón de tipo cartesiano, que implica borrar las culpas para que el día a día esté libre de las cargas que ensombrecen la vida del Hombre. Es un tipo de perdón mucho más íntimo, con el que el individuo se permite la indulgencia propia para continuar sin cargas en el futuro.

Estos conceptos, señaló al final, han sido claves en buena parte de la literatura de la cotidianeidad, pero los autores se alejan de ellos en pro de novelas más escandalosas, acordes con el formato que en el extranjero se espera de la región.