En el año fiscal 2009, Toshiba había registrado una pérdida neta de 19,700 millones de yenes (169 millones de euros).

En un comunicado, la multinacional nipona, número dos del mundo en memorias flash NAND, indicó que la demanda creciente de "smartphones" ayudó a su división de chips de memoria y también mejoraron las ventas de pantallas de cristal líquido.

A la vez, indicó que el grave terremoto del 11 de marzo, que provocó un parón en la producción y en la cadena de suministros, convierte en "incierto" el futuro.

En el año fiscal que acabó en marzo, Toshiba registró unas ventas de 6.39 billones de yenes (55,148 millones de euros), un 1.7 por ciento más que el ejercicio anterior, y tuvo un beneficio operativo o por actividad ordinaria de 240,300 millones de yenes (2,073 millones de euros), un 92 por ciento más.

Para el actual ejercicio, la compañía japonesa prevé que sus ventas crezcan un 9 por ciento hasta los 7 billones de yenes (60,359 millones de euros) y sumar un beneficio neto de 140,000 millones de yenes (1,207 millones de euros).