Científicos trabajan en vacuna para combatir la enfermedad de Chagas

De seis a 10 años tardaría la vacuna contra la enfermedad de Chagas que científicos mexicanos y estadounideses desarrollan, estimó el director de Soluciones Globales del Instituto Carlos Slim de la Salud, Miguel Betancourt Cravioto.

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La enfermedad de Chagas es una enfermedad parasitaria tropical, generalmente crónica, causada por el protozoo flagelado Trypanosoma cruzi.

Desde hace tres años, refirió, especialistas de instituciones como el Baylor College of Medicine, en Houston, Estados Unidos; el

Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), y la Universidad Autónoma de Yucatán, colaboran en una primera fase, con una inversión de poco más de un millón de dólares.

En el marco del XIII Congreso Internacional de Parasitología, previó en entrevista, que en tres años se realizarían pruebas de campo, tras desarrollar el proceso industrial con las reglas de seguridad y eficiencia requeridas.

Precisó que investigadores de la Universidad de Yucatán, encontraron los antígenos Tc 24 y TSA-1, que darían lugar eventualmente a la vacuna, mientras que en el Cinvestav se lleva a cabo el proceso biotecnológico, es decir, el desarrollo del sistema para producir las proteínas que serán parte de la vacuna.

En tanto, el Baylor College of Medicine brinda asesoría científica y tecnológica al proyecto.

Betancourt Cravioto puntualizó que la Fundación Carlos Slim brinda apoyo para mejorar la detección de la enfermedad de Chagas en bancos de sangre del país.

Durante la ponencia sobre avances y retos en el tratamiento de este padecimiento, la representante de Médicos sin Fronteras, Judith Herrera, informó que en el continente americano 25 millones de personas están en riesgo de contraerlo y ocho millones ya están infectados; en México la enfermedad afecta a casi un millón.

Este mal, provocado por el parásito Trypanosoma cruzi y transmitido por una chinche, transfusión sanguínea, entre otras causas, puede ser tratada con medicamentos; sin embargo, menos de 1.0 por ciento de los infectados tienen acceso a fármacos.