"Creo que la decisión final será tomada bastante antes (del final) del mandato de la presidente", dijo Amorim, en una entrevista exclusiva al diario "Folha de Sao Paulo" divulgada hoy.
La licitación para la compra de los nuevos aviones para la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) fue lanzada al inicio de la década pasada, todavía durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso.
El presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) paralizó la licitación, pero volvió a activar el proceso en su segundo mandato.
Actualmente, la pugna está limitada a tres modelos: Rafale, de la francesa Dassault, F18 Super Hornet, de la estadounidense Boeing y Gripen NG, la sueca Saab.
Amorim se negó a comentar el estado actual de la negociación, pero negó que la tensión generada en las relaciones con Estados Unidos por las prácticas de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) pueda influir en el resultado.
"Lo que sé es que la decisión sobre este tema será técnica. Tendrá en cuenta los criterios de desempeño, transferencia de tecnología -incluso acceso a código-fuente- y precio", afirmó.
Por otra parte, Amorim descartó tajantemente la hipótesis de que la licitación sea cancelada y que Brasil opte por hacer un "leasing" de cazabombarderos rusos de cuarta generación, en el marco de un acuerdo de defensa existente entre los dos países.
"Esto no está en consideración. No hay esta hipótesis, que yo sepa. A ellos les gustaría que hiciéramos un 'leasing', pero esto no nos dará nada de lo que queremos tener".