En la hipótesis de los hechos, el ilícito se encuentra especificado “para quien entregue a un tercero, o reciba para sí mismo una persona por medio de la violencia física o moral, engaño y abuso de poder para someterla a esclavitud”; lo anterior valiéndose del engaño y el fanatismo religioso.
Los sentenciados, se aprovecharon de la vulnerabilidad de la víctima para obligarla a trabajar ofreciendo cursos, que serían supuestamente impartidos por los “Defensores de Cristo“. Utilizaban a esta persona para atraer o “enganchar” a más víctimas.
A estas se les asignaban actividades, en las que el trato era inhumano y deplorable, todo esto con el fin de obtener beneficios económicos.