Reflexiones

Por Christian Gutiérrez

Tragedia en Morelia.

Hace dos años en Morelia, Michoacán, impactó por sus elementos de irracionalidad y violencia, una historia que involucró a una familia de clase alta. Era verano de 2010 y los jóvenes universitarios disfrutaban de sus vacaciones. Emiliano Núñez, joven estudiante de la Universidad Lasalle Morelia, disfrutaba en compañía de su novia y sus amigos las fiestas que cada vez eran más frecuentes.

Reflexiones

Christian Gutiérrez es politólogo, y colabora como columnista y analista político con distintos medios de comunicación. Es Licenciado en Derecho, Maestro en Ciencia Política y candidato a Doctor en…

Su conducta crecía en violencia irracional, producto de los excesos de cocaína, alcohol y un entorno de libertades sin control. En todas las fiestas había un marco de libertades sin freno, que provocaban en Emiliano el deseo de corromper y violentar las “buenas” normas sociales, que de cierta manera existían y observaban algunos integrantes de su grupo, que era el de jóvenes “junior”. Sin embargo, la mala conducta de este joven comenzó a traspasar las fronteras de su agitada vida y empezó a contaminar la vida pacífica y cotidiana de su familia. Emiliano, robaba a su madre para mantener sus vicios y al mismo tiempo decidió agruparse con tres amigos para arrebatar, con el mismo fin, bolsas de mujeres que caminaban por las calles de la antigua Valladolid.

Los excesos, ahora también ilegales, no pararon y el joven decidió acercarse a un prestamista para solicitarle una fuerte cantidad de dinero,  pues ahora también sus deudas lo ahogaban.

Cierto día, su padre no pudo más y lo encaró para reclamarle su vida de derroches, excesos, drogas y delitos. Le reclamó insensibilidad para comprender y respetar a su familia, pues le argumentó que durante muchos años él, su padre, le había procurado las mejores escuelas, ropa, viajes y una mensualidad de 30 mil pesos para que pudiera gastarlos en lo que él deseara. Ante el fuerte reclamo de su padre, la respuesta de Emiliano dejó sin habla a su progenitor: “aseguras haberme dado lo mejor durante muchos años, pero nunca te has puesto a pensar en que no fue suficiente; necesitaba más para sentir mayor responsabilidad ante tus acciones. ¿30 mil pesos al mes? Eso no me sirve para nada. Necesito más dinero y con toda seguridad gastaré sensatamente, saldré de la crisis e, inclusive, aprenderé lo necesario acerca del ahorro y las inversiones estratégicas”. Esta fue la respuesta de Emiliano.

Esta historia es una ficción. Nunca existió tal situación. El hecho, es que deseo ponerla de ejemplo para mostrar cómo en el sector público, en algunos gobiernos locales y municipales, opera una falsa premisa: “que el gobierno federal nos dé más dinero a partir de una mejor política fiscal y de distribución, y nosotros sabremos gastar mejor”. Desde luego, esto no se da en todos los gobiernos de México, pero sí hay que tener mucho cuidado de creer lo que dicen algunos políticos. Ante las crisis financieras de muchos gobiernos, algunos políticos aseguran que “con más dinero harían mejor las cosas”. Si esto fuera así, ¿qué garantiza que Emiliano Núñez aprenda a valorar y no tirar el dinero? Me parece que la conclusión es clara: El asunto no es tener más; es saber gastar-invertir.

Christián Gutiérrez / Politólogo.

Blog: http://christiangutierrezalonso.wordpress.com/