El acto inició con la participación del Batallón de San Patricio, ensamble de gaitas, única banda de su género en México, fundado en 1997, durante la conmemoración del 150 aniversario de la gesta heroica del grupo de soldados, irlandeses y escoceses que lucharon al lado de México durante la Guerra de Intervención Norteamericana en 1847.
La misión de la Banda es difundir la música de gaita en el país y honrar la memoria de los integrantes del Batallón de San Patricio que dieron la vida por México. Realiza cursos y ensayos en el Museo Nacional de las Intervenciones, Exconvento de Churubusco, sitio de la última batalla en que participo el Batallón de San Patricio, el 20 de Agosto de 1847.
Para conmemorar a los “San Patricios” realiza una ceremonia llamada “Tattoo” (“Retreta Militar”) el primer domingo de cada mes, a las 5 de la tarde, en la explanada del Museo Nacional de las Intervenciones. Organizada de acuerdo con la tradición y la estructura militar de las bandas escocesas de gaita, es dirigida por el maestro Rafael Gutierrez.
Tras la intervención musical del Batallón de San Patricio, saltó al remozado escenario de la Plaza de las Artes el grupo Klezgulash, quien ofreció a los asistentes música de Europa del Este y más al Este. Ese ensamble, radicado en la Ciudad de México, se especializa en música de esa zona del mundo, empezando por Bielorrusia y dando la vuelta al planeta.
Integrado por músicos profesionales y de trayectoria, Klezgulash rescata las formas del Klezmer y su repertorio tradicional, así como de la música húngara y gitana, con danzas como el “csárdás” o el “verbunkos”, entre otras, haciendo uso del acordeón, clarinete, violín, bajo y percusiones. Su singularidad es que puede incursionar en cualquier género.
Entrada la tarde noche de este sábado, las Hermanas García comenzaron su espectáculo basado en los más hermosos y tradicionales boleros. Son de Ometepec, Guerrero, de 15 y 16 años de edad, y cantan boleros antiguos. Dieron a conocer parte de su repertorio que sin distingos gustó a jóvenes y a los adultos presentes.
Laura y Celia García son dos jóvenes que a pesar de su tierna edad gozan y entienden los viejos boleros que cantan con voces brillantes. Ambas empezaron a cantar desde muy chicas. A los nueve años Laura acompañaba a su padre, el reconocido requintista Mariano García. La hermana menor, Celia García, empezó a cantar a los 10 años.
Las Hermanas García son conocidas en la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, en donde tienen años compitiendo en concursos de chilenas, la música tradicional de su región. Además, los compositores de Ometepec las buscan para grabar sus boleros nuevos. En su primer disco compacto “Que sepan todos” (Discos Corasón) recopilan lo mejor de los boleros de ayer y hoy.