En una intervención en la conferencia energética anual CERAWeek, en Houston (Texas), Granholm, remarcó que el impacto de los elevados precios del petróleo es "real y grave".
"En este momento de crisis, necesitamos más suministros. Y eso significa que ustedes produzcan más ahora mismo", señaló con inusual franqueza.
Granholm advirtió que el presidente ruso, Vladímir Putin, está "arrinconado" por las sanciones y "puede hacer cualquier cosa".
"Estamos en situación de guerra -recalcó-. Esto es una emergencia".
En este sentido, mostró la disposición del gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, para colaborar con el sector privado y apuntó que se puede aumentar la producción "a corto plazo" a la vez que se trabaja hacia una transición hacia las energías limpias.
Este martes, la Casa Blanca admitió que la guerra en Ucrania ha ocasionado un incremento de 0.75 dólares de la gasolina por galón (3.78 litros) para los estadounidenses, por lo que mantiene contactos con países productores para aumentar el suministro, como Arabia Saudí o Venezuela, países con los que Washington ha tenido relaciones tensas.
Desde que Rusia comenzó la invasión de Ucrania, hace casi dos semanas, y tras las duras sanciones de los países occidentales a su economía y sistema financiero, los precios de los combustibles se han disparado por el temor a que haya escasez global de suministro.
Este martes, EE.UU. y el Reino Unido anunciaron el veto a las importaciones de petróleo procedentes de Rusia.
El barril de referencia en el país, el de Texas (WTI), atraviesa una semana de gran volatilidad en la que alcanzado el pico de 130 dólares registrado el domingo, un máximo no visto desde el verano de 2008, aunque hoy ha bajado a los 112 dólares.