“Los ‘secretos de Estado´ no pueden crear excepciones para el respeto a los derechos humanos”, manifestó Méndez durante la presentación de su informe al Consejo de Derechos Humanos.
Asimismo, subrayó que la “guerra contra el terrorismo” ha aumentado la presión sobre los países para obtener información y proteger a sus ciudadanos.
En este contexto, explicó ante el Consejo, muchas naciones rehusan a someter a sus agencias de inteligencia al escrutinio y a la investigación internacional.
Por otra parte, el relator condenó el uso de pruebas obtenidas mediante procedimientos secretos en los procesos judiciales, lo cual aumenta el riesgo de que parte de esa evidencia haya sido obtenida con maltrato e impide que puedan ser desafiadas en una corte abierta.
Subrayó que la obligación de los Estados de excluir pruebas obtenidas mediante aplicación de tortura debe ser “absoluta”, incluido el caso de políticas de seguridad nacional.