El secretario general, Antonio Guterres, condenó rotundamente el atentado y se mostró indignado y apenado por esa acción que calificó de "inaceptable", a la vez que recordó constituye un crimen de guerra.
"Este es el peor ataque a las fuerzas de paz de la ONU en la reciente historia de la Organización. Es una muestra más del enorme sacrificio en favor de la paz global por parte de los países que contribuyen con tropas. Estas mujeres y hombres valientes arriesgan a diario sus vidas alrededor del mundo por la paz y la protección de civiles", declaró.
Los cascos azules fallecidos formaban parte del contingente de Tanzania que trabaja bajo la bandera de Naciones Unidas en la Misión de Estabilización en el país africano.
Guterres ofreció sus condolencias a las familias de los fallecidos y al pueblo y gobierno de Tanzania.
La MONUSCO sospecha que el ataque fuera perpetrado por elementos de la Alianza de Fuerzas Democráticas (ADF), que se han enfrentado regularmente con la MONUSCO y las fuerzas armadas nacionales.