Las ventas al exterior progresaron un 5.7 por ciento entre julio y septiembre hasta 88 mil 120 millones de euros, gracias sobre todo a los materiales de transporte (en particular automóviles y componentes) y a los bienes intermedios, precisó la Dirección General de Aduanas en un comunicado.
Progresaron de forma significativa no sólo los envíos de la industria automovilística, sino también los de la aeroespacial y naval, y eso pese a una disminución de las entregas de aviones Airbus (55 por un valor global de 3 mil 200 millones de euros).
En el tercer trimestre, las importaciones francesas se mantuvieron casi estables (-0.7 por ciento con 92 mil 766 millones de euros) aunque en términos interanuales (desde octubre de 2008) se acumulaba un descenso del 21.8 por ciento.
Entre julio y septiembre crecieron las compras de vehículos, equipamientos automovilísticos, productos metalúrgicos, metálicos, químicos, perfumes y cosméticos, mientras se recortaban las de energía.
En este último caso, la explicación es una menor entrada de volúmenes de petróleo crudo y un abaratamiento del gas, que compensó con creces el encarecimiento del petróleo.
El Ministerio de Economía subrayó en un comunicado la "mejora significativa de la balanza comercial en el tercer trimestre", que su titular, Christine Lagarde, y la titular del Comercio Exterior, Anne-Marie Idrac, atribuyeron a "los efectos favorables de los planes de relanzamiento coordinados a nivel internacional".
A más largo plazo, Lagarde e Idrac insistieron en que la recuperación de la competitividad de las empresas francesas "pasa por reformas estructurales favorables a su productividad, en particular la reforma de la tasa profesional y el crédito de impuesto a la investigación".