Diario: Contundente victoria de Al Sisi en Egipto

El ex líder del Ejército egipcio Abdel Fattah al Sisi obtuvo una contundente victoria en las elecciones presidenciales celebradas entre el lunes y el miércoles en el país, según resultados no oficiales, que le atribuyen en torno al 97 por ciento de los votos.

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El ex líder del Ejército egipcio Abdel Fattah.

El diario independiente "Al Masry al Youm" habló hoy de una victoria con el 96.9 por ciento de los votos, un total de 23.9 millones de votos en las 27 provincias en las que se realizó el recuento de los votos.

Su único oponente, el político de izquierdas Hamdien Sabahi, obtuvo únicamente 754,757 o el 3.1 por ciento de los votos válidos, según esa información. El número de votos a favor de Sabahi sería incluso menor al de votos declarados inválidos, que se cifraron en 1.28 millones, según el diario.

Sabahi reconoció hoy su derrota y en un mensaje en la red social Twitter agradeció a sus seguidores, en su mayoría jóvenes, el apoyo prestado: "Ustedes han mantenido sus sueños y los han defendido con valor".

La participación en los comicios, que en principio se iban a celebrar el lunes y el martes pero que finalmente se prolongaron también hasta el miércoles, fue del 47.7 por ciento, según "Al Masry al Youm", por debajo del casi 52 por ciento registrado en las presidenciales de 2012 que ganó el islamista Mohamed Mursi, derrocado un año después por los militares, en una acción que precisamente dirigió Al Sisi.

Pese a la baja participación, la victoria de Al Sisi supera en número de votos a los 13.2 millones con los que ganó Mursi. Los resultados definitivos de los comicios se anunciarán el 5 de junio. La próxima semana Al Sisi jurará el cargo y se espera que en julio se celebren elecciones parlamentarias.

Los Hermanos Musulmanes, que llamaron al boicot de los comicios, dudaron de la veracidad de los datos de participación y en su página web afirmaron que en realidad ésta fue de sólo el 11.92 por ciento. Al mismo tiempo convocaron a nuevas protestas contra los "golpistas".

Mursi, de las filas de los Hermanos Musulmanes, se convirtió en 2012 en el primer presidente civil del país, ya que todos los anteriores procedían de filas militares. Un golpe liderado por Al Sisi lo derrocó en julio de 2013 tras protestas masivas de la población.

Al Sisi, de 59 años, vio aumentar su popularidad desde el derrocamiento de Mursi. Sus seguidores lo ven como la persona capaz de poner fin a la violencia y al declive económico que sufre Egipto desde hace tres años, cuando una revolución obligó a renunciar a Hosni Mubarak.

Los observadores electorales de la Unión Europea consideraron que las elecciones transcurrieron conforme con la ley, pero "en un entorno carente de principios constitucionales".

"La elección fue democrática, pacífica y libre pero no siempre muy limpia", dijo hoy en El Cairo el presidente de la delegación del Parlamento Europeo enviada al país árabe, Robert Goebbels. Entre otras cosas, los dos candidatos no tuvieron el mismo apoyo ni igualdad de oportunidades, señaló.

Sabahi tuvo considerablemente menos voz en los medios del país para hablar a sus electores. Además, se mostró preocupado por el entorno político y el "limitado espacio para las voces disidentes". "Las libertades de asociación, reunión y expresión son temas de preocupación", añadió.

La organización estadounidense Democracy International, que también envió observadores electorales, consideró que el "clima de represión hizo imposible una elección realmente democrática" y pidió al gobierno que tome de inmediato medidas "para poner fin a la exclusión política y la intimidación", según dijo su presidente, Eric Bjornlund.

Por su parte, el presidente interino Adly Mansur alabó la exitosa votación, alegando que "los egipcios han demostrado que están comprometidos con la protección de sus libertades por las que tanto lucharon, incluyendo el derecho de determinar quién liderará esta gran nación en este momento crítico".

La hoja de ruta instaurada tras el derrocamiento de Mursi contemplaba la aprobación de una nueva Constitución, seguida de elecciones presidenciales y parlamentarias y fue respaldada por líderes religiosos y partidos liberales.

Sin embargo, grupos defensores de derechos humanos y algunas figuras de la oposición criticaron la represión a los Hermanos Musulmanes, declarada organización terrorista. Unas 41,000 personas, muchos de ellos islamistas pero también activistas seculares, han sido detenidos o perseguidos desde el derrocamiento de Mursi, según datos del Centro Egipcio de Derechos Económicos y Sociales. (DPA)