Algunas parte aún faltan, añadió, y por eso la búsqueda continúa.
Tres jóvenes que confesaron el robo en la pequeña iglesia de San Pietro della Ienca, en el centro de Italia, no reconocieron el valor de su botín y en su huída tiraron la reliquia con sangre del papa polaco.
El robo ocurrido durante el fin de semana desató una enorme acción de búsqueda en el Macizo de Gran Sasso en los Abruzos. Juan Pablo II, que podría ser canonizado en abril, era un gran aficionado a los Abruzos, donde además de pasear y meditar, también esquiaba. (DPA)