Países de la ONU inician mañana las negociaciones de un nuevo tratado comercio de armas

"Un fracaso en acordar un TCA global puede dar lugar a que millones de civiles mueran, sean heridos, sufran violaciones o se vean obligados a abandonar sus hogares como resultado directo de un negocio de armamento irresponsable".

Los países de la ONU iniciarán mañana las negociaciones del nuevo Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA), y que las organizaciones no gubernamentales consideran una oportunidad histórica para defender mejor los derechos humanos.

"Los líderes políticos tienen ahora la oportunidad histórica de colocar los derechos y las aspiraciones humanitarias por encima de sus propios intereses y aprovechar para negociar la regulación del comercio global de armas", señalaron hoy ONGs de 125 países en un comunicado.

A estas negociaciones, que están previstas hasta el 27 de julio, asistirán representantes de 190 gobiernos, mientras que la Coalición para el Control de las Armas, que engloba a ONGs como Oxfam y Amnistía Internacional (AI), prepara manifestaciones de protesta contra el comercio de armamento.

Esa Coalición pidió a los gobiernos que acuerden un tratado que incluya "reglas firmes que aseguren el respeto de la legislación humanitaria internacional".

Señalaron que estas negociaciones serán una "prueba" para ver cómo los líderes políticos "se enfrentan a la realidad" y acuerdan reglas que pongan fin al comercio ilegal de armas que alienta abusos de derechos humanos.

Como ejemplo de la estrecha relación entre comercio de armamento y abusos de derechos humanos pusieron los conflictos de Siria, Sudán o de los Grandes Lagos en África.

"Un fracaso en acordar un TCA global puede dar lugar a que millones de civiles mueran, sean heridos, sufran violaciones o se vean obligados a abandonar sus hogares como resultado directo de un negocio de armamento irresponsable y pobremente regulado", indicó esa coalición de ONGs.

Agregaron que ese tipo de transacciones cuando son ilegales alientan también los conflictos armados, la violencia y la corrupción, lo que a su vez debilita el desarrollo.

"Es una verdadera oportunidad para hacer del mundo un lugar más seguro. No es un tratado más, es un tratado que busca ponerle freno a un tipo de comercio que ahora está fuera de control", dijo la experta de Oxfam, Anna Macdonald.

"De Congo a Libia pasando por Siria o Mali, todos han sufrido las consecuencias de un comercio no regulado de armas y municiones que han ocasionado unos conflictos con demasiados sufrimientos", dijo Macdonald, que señaló que los negociadores disponen de varias semanas para presentar conclusiones "que cambien el mundo o que lo hagan un fracaso".

En la actualidad no hay reglas internacionales legalmente vinculantes sobre el comercio global de armas convencionales, además de que existen brechas legales en los controles sobre ese tipo de operaciones a nivel regional y nacional.

"La absurda realidad es que hay reglamentación global sobre el comercio de frutas o hasta sobre el de huesos de dinosaurios, pero no sobre las armas y los tanques", criticó el experto y activista, Jeff Abramson, director de la ONG Control Arms Secretariat.

Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y con derecho de veto, como son Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y China, más Alemania, son además "los mayores abastecedores de armamento para gobiernos represores del mundo, pese a que esas armas se pueden usar para cometer abusos de los derechos humanos", denunció AI.

También indicaron que Estados Unidos proporciona armas a Egipto y Baréin, mientras que Rusian y China venden armas a Siria y Sudán.

Además señalaron que países como Estados Unidos, China, Siria y Egipto se oponen a que el TCA incluya la munición, además de que Pekín quiere excluir también a las armas pequeñas, mientras que hay gobiernos de Oriente Medio que se oponen a incluir el criterio de respeto y defensa de los derechos humanos en el documento.