"La lucha contra el hambre y la desnutrición está obstaculizada por la prioridad del mercado y la primacía del beneficio", denunció el pontífice argentino en su intervención.
"La persona y los pueblos exigen que se ponga en práctica la justicia, no sólo la justicia legal, sino la contributiva, la distributiva", dijo el pontífice para quien la comida no debería ser como "cualquier otro bien, sujeta a especulación".
Citando a su predecesor Juan Pablo II, quien participó en otra conferencia sobre alimentos de la ONU en Roma en 1992, Jorge Mario Bergoglio lamentó la "paradoja de la abundancia", en la que "hay comida para todos, pero no todos pueden comer".
Según estima la ONU, 805 millones de personas no pueden comer, una cifra que conseguido bajar de los 1,000 millones que alcanzaba a comienzos de los 90.
A su vez, también hay unos 500 millones de obesos, entre ellos 45 millones de niños. (DPA)