Laura Álvarez Soto propone proteger a las y los niños del humo de segunda mano

Durante la sesión del Congreso capitalino, la diputada Laura Álvarez Soto, integrante del Grupo Parlamentario del PAN, presentó una iniciativa para reformar la Ley de Protección a la Salud de los No Fumadores en la Ciudad de México, con el objetivo de ampliar los espacios libres de humo de tabaco en torno a escuelas, parques y zonas de alta concurrencia infantil, así como incrementar las sanciones a quienes incumplan esta normatividad.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, el tabaco mata a más de 8 millones de personas al año. Más de 1.3 millones de esas muertes corresponden a personas no fumadoras expuestas al humo ajeno. De ellas, 65 mil son niñas y niños.

El llamado “humo de segunda mano” contiene hasta tres veces más nicotina y alquitrán, y cinco veces más monóxido de carbono que el humo inhalado directamente por el fumador. En México, uno de cada seis menores de 15 años está expuesto regularmente a este tipo de humo en el hogar, y también en espacios públicos.

Los efectos en la salud infantil son múltiples y están ampliamente documentados:

• Infecciones respiratorias, asma y menor función pulmonar

• Mayor riesgo de TDAH, alteraciones neurológicas y pérdida auditiva

• Mayor probabilidad de convertirse en fumadores activos en la adolescencia

• Mayor riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares y muerte súbita del lactante

La propuesta de Álvarez Soto busca establecer una prohibición expresa para fumar en un radio de hasta 250 metros alrededor de escuelas públicas y privadas, parques infantiles, cafeterías, estacionamientos y otros espacios de alta concurrencia infantil, así como aumentar las multas y sanciones por violar la ley, que podrían alcanzar hasta 200 veces la Unidad de Cuenta vigente y arresto inconmutable por 36 horas.

La diputada subrayó que esta reforma armoniza la legislación local con la Ley General para el Control del Tabaco y con los compromisos internacionales del Estado mexicano, como la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU, que obliga a garantizar entornos seguros, saludables y libres de humo.

“Ninguna ley prohíbe fumar”, concluyó Álvarez Soto. “Pero toda ley debe defender el derecho de los demás a no enfermarse por el humo de otro”.