Sarkozy quiere poner fin al desorden monetario mundial que perjudica a la UE

Sarkozy afirmó en un coloquio en París que "El desorden monetario se ha vuelto inaceptable", y denunció el daño para las exportaciones europeas por la devaluación del 50 por ciento del dólar durante la crisis financiera global.

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El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.

Acabar con el "desorden monetario" es la nueva meta que se ha fijado el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en su cruzada para reformar el capitalismo, sobre todo porque la fuerte devaluación del dólar o del yuan chino frente al euro han restado mucha competitividad a las empresas que venden en euros.

"El desorden monetario se ha vuelto inaceptable" afirmó Sarkozy en un coloquio en París titulado "Nuevo mundo, nuevo capitalismo", en el que denunció el daño para las exportaciones de las compañías europeas de la devaluación del 50 por ciento del dólar durante la crisis financiera global.

A su juicio, esa situación que "falsea todos los cálculos y sesga todos los comportamientos" puede comprometer las iniciativas internacionales para combatir la crisis, y por eso defendió que si "el mundo se ha vuelto multipolar, el sistema monetario debe pasar a ser multi-monetario".

El presidente francés -que no precisó si un sistema "multi-monetario" remite a la idea de una cesta de grandes divisas como referente mundial-, tiene la intención de que ésa sea una de las prioridades durante la presidencia del G8 y del G20 que su país ejercerá en 2011.

Advirtió de que "no nos callaremos con algunos Estados que no respeten las normas fijadas por el G20", en particular las normas contables, aunque no dio nombres.

Dentro de la reforma del sistema institucional internacional, Sarkozy mostró su voluntad de que este año se tome una decisión sobre el Consejo de Seguridad de la ONU, en el que a su juicio no se puede continuar sin que haya ningún representante de Latinoamérica, de África, o que tampoco esté un país tan poblado como India.

"Quién puede pensar que se puedan arreglar los problemas del mundo sin Brasil, sin India, sin África", se preguntó retóricamente, antes de abogar por "una reforma provisional" del Consejo de Seguridad, y por "ampliar los miembros".

Sarkozy criticó que las reglas comerciales sean las únicas que se apliquen, propuso que se pongan al mismo nivel las normas sanitarias, sociales o medioambientales fundamentales, y que para garantizar su cumplimiento, por ejemplo, sean un criterio para que un país pueda acceder a la financiación del FMI.

El primer ministro portugués, el socialista José Socrates, dedicó su discurso de apertura del coloquio para hacer un alegato en favor de una mayor coordinación económica europea, que a su parecer debe ser "la prioridad de las prioridades" durante el semestre de presidencia española de la UE iniciado el pasado día 1.

"Europa tiene mucho que hacer en la coordinación económica", señaló Socrates, que consideró "absolutamente fundamental" que haya "una diplomacia europea con una sola voz", ya que las disonancias que se constatan actualmente en las instancias internacionales constituyen "un fracaso".

Para el jefe del Ejecutivo luso, el refuerzo de la UE no es sólo beneficioso para sus miembros sin que "el mundo necesita Europa", que con la crisis ha puesto en evidencia que puede actuar de precursora y "responder a los desafíos mundiales".

A la conferencia sobre el nuevo capitalismo también acudió el ministro brasileño de Exteriores, Celso Amorim, que aprovechó para pedir que en la agenda internacional se restablezca el objetivo de lograr un acuerdo en la Organización Mundial del Comercio (OMC), que permita cerrar el llamado Ciclo de Doha.

"Hay que concluir el Ciclo de Doha", insistió Amorim, que dijo que se podría conseguir con la voluntad que los líderes mundiales demostraron en la cumbre sobre el cambio climático de Copenhague en diciembre, y que un compromiso en la OMC es uno de los puntos que no se ha resuelto con la movilización internacional frente a la crisis.

Por Ángel Calvo