Los más vulnerables son los niños más pobres, pues tienen la mitad de posibilidades de ir a la escuela que sus iguales en países en paz.
Además, se estima que se necesitarían 2 mil 300 millones de dólares para que todos ellos acudieran a la escuela, es decir, diez veces más de lo que la ayuda humanitaria dedica actualmente a la educación.
La última edición del Informe sobre la EPT mostró que sólo un tercio de los países han alcanzado los objetivos mundiales de educación que se fijaron en 2000, e identificaba los conflictos como uno de los mayores obstáculos para lograr resultados mejores.
El documento ahora publicado muestra la amplitud del desafío que plantean los conflictos: el riesgo de que los niños de países afectados por conflictos no vayan a la escuela es dos veces mayor que el de los niños de otros países.