La publicación recoge el testimonio de una trabajadora de la fábrica que denuncia quemaduras a causa de cables abiertos, agua para beber en malas condiciones y una elevada presión laboral.
"Por el momento no tenemos permitido ir con frecuencia al baño", explica la planchadora de la fábrica. Asimismo, en los últimos meses muchas trabajadoras no habrían recibido ni una sola vez el salario mínimo fijado por ley en el país latinoamericano de 203 dólares (146 euros).
"La fábrica no está autorizada por Puma como proveedor", explicó la empresa según "Der Spiegel". Un proveedor les pasó los pedidos a la fábrica sin conocimiento de Puma.
Las condiciones laborales en el sector textil se encuentran en el punto de mira internacional actualmente. La Iniciativa Cristiana Romero explicó que los proveedores derivan parte de sus pedidos a subproveedores aún más baratos, estableciéndose un sistema de producción de segunda clase. (DPA)