El cambio climático dominará la cumbre del G20 entre la división de cómo ponerle freno

La lucha contra el cambio climático es un punto clave en la cumbre este fin de semana del G20, cuyos miembros son responsables del 80 % de las emisiones globales de CO2, ante la incógnita de si los principales líderes mundiales alcanzarán acuerdos significativos sobre los combustibles fósiles y la transición ecológica.

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Columnas de humo emergen de chimeneas de la caldera de gas de una vivienda durante un día a 14 grados bajo cero en Moscú (Rusia). Archivo EFE/ Maxim Shipenkov

Según la experta en clima del laboratorio de ideas indio Observer Research Foundation (ORF), Lydia Powell, la India “buscará sin duda compromisos ambiciosos no solo en términos de descarbonización, sino también de finanzas y compensación” a los países en desarrollo.

Pero estas grandes expectativas de que el Grupo de los Veinte muestre su liderazgo a partir del sábado en Nueva Delhi a la hora de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados contrastan, sin embargo, con los limitados resultados de las dos reuniones ministeriales previas.

“Hemos visto que en la discusión sobre el clima y la transición climática, los documentos simplemente no contienen nuevos compromisos”, explicó a EFE la directora del programa de Cambio Climático del laboratorio de ideas Centro de Ciencia y Medio Ambiente indio (CSE), Avantika Goswami.

Los ministros de Clima y de Transición Energética del Grupo de los Veinte se limitaron a repetir los compromisos ya adoptados, pero según Goswami quedaron mudos ante planes más ambiciosos como la transición desde los combustibles fósiles a otras formas de energía.

Goswami señaló que “gran parte del lenguaje en torno a algo tan fundamental como la financiación de la transición energética está completamente ausente, más allá de la reiteración de los compromisos ya existentes, como el objetivo de financiación climática de movilizar 100,000 millones de dólares para la financiación climática”.

Por ejemplo, la falta de acuerdo de los países del G20 sobre la vía para triplicar la capacidad de las energías renovables para 2030 motivó al presidente designado de la COP28, Sultan Al Jaber, a expresar su frustración tras la última reunión del grupo el pasado julio en la ciudad india de Chennai.

Esta división en el Grupo de los Veinte en un tema tan crucial como el cambio climático se explica por la variedad de miembros que lo componen, al albergar desde economías avanzadas como Estados Unidos hasta países emergentes como Sudáfrica o Indonesia, así como naciones que dependen de la explotación de petróleo como Rusia o Arabia Saudí.

La reportada oposición de China en varios aspectos, incluyendo las vías de financiación para una transición energética de los países emergentes, es sin embargo más difícil de explicar.

“La economía china está pasando por sus propios problemas en este momento”, explicó Goswami, “pero es un poco sorprendente que la delegación china esté bloqueando activamente las negociaciones de transición energética, sobre todo porque China tiene algunos de los indicadores más avanzados del mundo en cuanto a la instalación de energías renovables”.

Las economías del G20 agrupan el 90 % del Producto Interior Bruto, y suman además el 80 % de la emisiones globales de CO2, por lo que sus acciones son consideradas críticas tanto para reducir las emisiones globales de combustibles fósiles como para apoyar la transición de países menos desarrollados.

Los cuatro mayores emisores de CO2 del mundo se encuentran además en el seno del G20, con China en primer lugar, seguido por Estados Unidos, la Unión Europea, e India.

El Instituto Internacional de Desarrollo Sostenible (IISD, por sus siglas en inglés) reportó a finales del mes pasado cómo los países del G20 subvencionaron con dinero público los combustibles fósiles en niveles récord en 2022.

En concreto, los países del Grupo de los Veinte inyectaron 1,4 billones de dólares en plena crisis energética, a pesar de que sus propios miembros acordaron en 2009 la supresión paulatina de las subvenciones a los combustibles fósiles.

Por eso los expertos consideran que es fundamental que los líderes del G20 consigan ponerse de acuerdo en medidas como fijar una fecha límite para comenzar a reducir todos los combustibles fósiles, o al menos en cómo financiar la transición energética de los países más pobres sin que esto implique un aumento de sus deudas.

Uno de los resultados concretos que se esperan de la cumbre es la formación, a instancias de la anfitriona India, de una alianza global para los biocombustibles, similar a la alianza global para la energía solar nacida en 2015 y que reúne a 96 países.

El primer ministro indio, Narendra Modi, afirmó en una entrevista con la agencia de noticias PTI el pasado fin de semana que el objetivo es “crear opciones para los países en desarrollo para avanzar en sus transiciones energéticas. Los biocombustibles son también importantes para la perspectiva de la economía circular”.