Guterres, complacido porque la operación del petrolero en Yemen "evitó una catástrofe"

El secretario general de la ONU, António Guterres, saludó este viernes que el caso del petrolero varado en Yemen desde 1988 tuviera un final feliz y se evitara "lo que pudo haber sido una monumental catástrofe ambiental y humanitaria".

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El secretario general de la ONU, António Guterres, en una fotografía de archivo. EFE/Ahmed Jalil

Poco antes, Naciones Unidas había anunciado la finalización de la operación de transferencia de los más de 1.1 millones de barriles de petróleo contenidos en el buque FSO "Safer", varado frente a la costa de Yemen en el mar Rojo desde 1988 y en riesgo de descomposición por su falta de mantenimiento desde 2015.

El diplomático portugués quiso expresar su gratitud al Gobierno de Yemen, cuyo apoyo ha sido "crítico" -pese a encontrarse inmerso en una guerra desde hace nueve años-, así como a otros muchos países que de un modo u otro han contribuido, a donantes filántropos y a ciudadanos anónimos.

Guterres precisó que todavía va a necesitarse financiación adicional para retirar toda amenaza ambiental en el mar Rojo, en probable alusión al carguero mismo, una vez vaciado.

Para entender la importancia de la operación de transferencia, el administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Achim Steiner, explicó este viernes que el vertido podría haber afectado gravemente a la navegación en el canal de Suez, por donde circula alrededor del 10 % del comercio mundial, además de "destruir la biodiversidad y la pesca durante un cuarto de siglo".

De acuerdo con el PNUD, un vertido de petróleo de este buque habría afectado a más de 17 millones de personas y su limpieza habría costado 20,000 millones de dólares.

Según estimaciones de la ONU, un vertido del Safer habría sido mucho peor que el del Exxon Valdez en 1989, que provocó en Alaska (EE.UU.) una de las mayores catástrofes del mundo de este tipo.

El buque fue abandonado en 2015, al comienzo de la guerra entre los rebeldes hutíes y el Gobierno internacionalmente reconocido de Yemen, y desde entonces no había sido sometido a ningún tipo de mantenimiento pese a las súplicas de la ONU y de otras organizaciones que alertaban sobre la posible catástrofe.