El estudio ha sido presentado en las jornadas técnicas "Ensayos de emisiones con equipos embarcados", que acoge la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la UPM en Madrid, en las que se analiza, entre otras cuestiones, la importancia de obtener datos de la circulación "real" de un vehículo.
Los datos publicados habitualmente sobre emisiones contaminantes "no son emisiones reales", sino cifras extrapoladas -basándose en el número de vehículos de una ciudad- a partir de pruebas en laboratorio, ha explicado a Efeverde el organizador de las jornadas y catedrático de la UPM, Jesús Casanova.
"Hemos comprobado que la contaminación depende de si una calle es cuesta arriba o cuesta abajo, del número de semáforos, de las rotondas, de la forma de conducir y de los atascos que se produzcan", ha añadido Casanova.
Con los sistemas integrados en el vehículo por este equipo, se obtienen cifras reales en función de la actividad de cada coche y cada conductor, de manera que las autoridades disponen de datos ajustados con los que desarrollar modelos de circulación adaptados a cada casco urbano.
En la conducción urbana los picos de contaminación se producen hasta que el motor alcanza su temperatura estable, es decir, que una circulación con pocas paradas en la que el coche pudiera mantener una velocidad constante durante el mayor tiempo posible sería la "ideal" para disminuir la contaminación, ha señalado Casanova.
En este sentido, ha destacado que medidas como la disminución de la velocidad media de la ciudad podrían aumentar la contaminación ya que "provoca más paradas y arranques".
Una alternativa podría ser modificar la señalización y la organización de las calles.
"Si pudiéramos conducir como un domingo contaminaríamos poquísimo", ha dicho Cansanova para ejemplificar que buscar una circulación fluida es lo más importante para que los ciudadanos respiren un aire más limpio.