La nueva carga impositiva que aprobó el Congreso para 2010 propiciará un efecto negativo en las empresas, ya que les quitará liquidez para realizar las inversiones programadas para dicho periodo.
A su vez, afectará el nivel del poder adquisitivo de los mexicanos, pues se registrarán aumentos en los precios de los productos, dijo el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) , Armando Paredes.
"El aumento de impuestos a las empresas y la retroactividad en materia de consolidación serán, sin duda, desincentivos para invertir en México y ello se reflejará necesariamente en los indicadores de desempleo", argumentó.
Consideró que los nuevos impuestos podrían, a su vez, propiciar que la inversión privada nacional y extranjera caiga hasta 50 por ciento en 2010 y generar la pérdida de 150 mil a 200 mil empleos.
Reiteró que incrementar el Impuesto Sobre la Renta (ISR) , crear nuevos y más altos gravámenes especiales para distintas líneas de productos y ajustar esquemas tributarios, los cuales fueron diseñados para estimular la inversión y el empleo, confirman que México 'va en sentido contrario'.
Aunque, añadió, el impacto de la reforma fiscal se podrá contabilizar al finalizar el próximo año.
El próximo año aumentará de 28 a 30 por ciento el ISR y de 15 al 16 por ciento el Impuesto al Valor Agregado (IVA) , además de que se aplicará 4.0 por ciento a telecomunicaciones y la retroactividad en la consolidación fiscal, por mencionar algunas medidas fiscales.