Brasil defiende que la OIT tenga un papel central en las discusiones del G-20

El ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Celso Amorim, defendió que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tenga un papel central en las discusiones del G-20 sobre gobierno de la economía mundial.

El ministro hizo una "alocución especial" en un panel de alto nivel celebrado en el marco de la Asamblea Internacional del Trabajo, que hoy comenzó su tercera y última semana de reuniones.

"En el contexto de la crisis económico-financiera, Brasil defiende que la OIT tenga un papel central en las discusiones sobre cómo resolver la economía mundial. Específicamente creemos que el director general (Juan Somavia) debería participar en los debates del G-20", aseguró Amorim.

"Somavia es el representante del tripartito (gobierno, empresarios y sindicatos), no debería estar ausente de las discusiones sobre economía mundial", justificó Amorim, quien recordó que el empleo es la base de la estructura.

"El empleo crea riqueza, es la base de la justicia social y es la corrección de la globalización, debería estar en el centro de los debates".

Precisamente, Amorim cargó contra la globalización desbocada y contra la liberalización extrema y abogó "por un estado fuerte, que no quiere decir autoritario, que controle las derivas del mercado".

Puso el ejemplo de Brasil y citó varios de los logros obtenidos por el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, como sacar a 40 millones de brasileños de la pobreza, conseguir la universalización de la educación básica y avances destacados en la lucha contra el trabajo infantil y el trabajo forzoso.

Amorim aseguró que antes del 2015 Brasil habrá logrado cumplir todas las Metas de Desarrollo del Milenio sobre progreso socioeconómico "y eso se habrá conseguido gracias a la aplicación de una política de Estado de fortalecer la economía real, el trabajo, buscando al mismo tiempo la justicia social".

"Porque está claro que el trabajo decente es indispensable para poder alcanzar las metas del milenio, y cumplir con estos objetivos significa alcanzar la justicia social", agregó.

Las Metas del Desarrollo del Milenio son objetivos de mejora de los indicadores socio-económicos de los países que fueron establecidas por Naciones Unidas en el año 2000 y deberían alcanzarse antes del 2015.

Por otra parte, Amorim abogó por reforzar la cooperación sur-sur como método efectivo de desarrollo.

"Paz, cooperación y comercio justo son la base del desarrollo de Brasil", concluyó".