El organismo de Naciones Unidas publicó hoy dos informes en los que advirtió de que la insuficiente protección social en muchos países puede poner en entredicho planes de recuperación, "exponer a millones a la pobreza, y afectar la preparación global de cara a futuras crisis".
Los estudios recuerdan que unos 4,000 millones de personas, un 55 % de la población mundial, no están cubiertos por la seguridad social o sistemas similares de previsión social, y que un 20 % de los desempleados no tiene ninguna ayuda por desempleo.
Este contexto ha provocado varios efectos adversos en la actual crisis: para empezar, "ha forzado a personas a ir a trabajar cuando estaban enfermas o en cuarentena, incrementando el riesgo de infección", denunció OIT.
Con el coronavirus ya extendido a nivel global, los confinamientos han contribuido a la pérdida de millones de puestos de trabajo, lo que ha aumentado el riesgo de pobreza y amenaza con alargar el impacto de la crisis económica que seguirá a la sanitaria, según los informes de la organización.
"El virus no discrimina entre ricos y pobres, pero sus efectos son altamente desiguales", subrayó la OIT.
Sus informes reclaman medidas urgentes para resolver las brechas en cuanto a cobertura sanitaria, con el fin de mejorar la salud pública, la lucha contra la pobreza y la promoción de los derechos humanos.