Ceder policía municipal a los gobernadores, debilitará al municipio de manera irreversible: Galindo

No existe justificación para que todas las policías municipales queden sujetas al mando del gobernador. Los mandatarios estatales deben vencer la tentación de centralizar y los criterios subsidiarios para los únicos estatales.

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Senador Ramón Galindo Noriega.

La iniciativa para crear el Mando Único Policial que pretende centralizar esta función en la figura de los Gobernadores, aún a partir de las modificaciones posteriores que se han propuesto, debe ser revisada con especial escrutinio para no violentar la autonomía municipal ni limitar las facultades de los municipios en materia de seguridad pública y policía o, de lo contrario, sus atribuciones en esta materia nunca les serán regresadas.

Así lo aseguró el Senador Ramón Galindo Noriega al resaltar que “ceder espacios como el de la policía, de manera general, a otro orden de gobierno, lejos de fortalecer al Municipio lo debilitará aún más como institución de manera irreversible, y sus atribuciones en materia de policía corren el riesgo de que nunca les sean regresadas, porque una vez que ‘el centro’ tome el mando, no se lo va a devolver”, sentenció.

El también presidente de la Comisión de Desarrollo Municipal recordó que a la fecha, después de que los Estados de la República firmaron convenios de Coordinación Fiscal a principios de la década de los ochentas, en el marco de la Ley en dicha materia para que tanto entidades como municipios cedieran a la federación potestades fiscales, hasta ahora no han podido recuperar tales atribuciones, lo que ha ocasionado un alto grado de dependencia de las comunidades e inequidad en la distribución de los recursos por parte de quien recauda.

Galindo Noriega resaltó que los avances en el combate a la delincuencia no se darán con un simple cambio de nombre de policía municipal a ‘agentes municipales’ o a través de la limitación de las atribuciones de los municipios en materia de seguridad pública y policiaca, ni pretendiendo suprimir la facultad reglamentaria que actualmente ostentan los ayuntamientos en la materia.

No existe, explicó, una justificación lógica para que todas las policías municipales queden sujetas al mando de un Gobernador de la entidad federativa de que se trate, si estos cuerpos policíacos locales acreditan su proceso de certificación, al igual que las corporaciones federales y estatales, en los términos en los que establece la ley y cumplan, por igual, con una serie de condiciones y protocolos que permitan confiar en su profesionalismo, capacidad y honestidad.

Además, aseveró, cualquier política que se diseñe en materia de seguridad pública deberá atender a la diversidad que prevalece entre las comunidades municipales, así como sus capacidades y potencialidades.

“Es indispensable que en un esquema efectivamente subsidiario, se atienda a la voluntad de los municipios para ceder, a través de convenios y de manera temporal, el mando de sus corporaciones policiacas a cualesquier otro orden de gobierno”.

Al precisar que en la discusión y análisis de dicha iniciativa para la creación del “mando único”, el Senado de la República, y el Congreso de la Unión en su conjunto, deben cerciorarse de evitar cualquier intromisión unilateral por parte de los gobiernos estatales en los municipios, que pudiese resultar violatoria de la autonomía de estos, Galindo Noriega exhortó a los mandatarios estatales a vencer la tentación de centralizar y esperar a que el Congreso determine los criterios subsidiarios para la creación de los mandos únicos estatales.