Inclusión laboral en tiempos del trabajo remoto

El distanciamiento social –derivado de las medidas para mitigar el riesgo de contraer COVID-19– ha modificado la dinámica del día a día, la cual redefine la manera en que las compañías interactúan con sus colaboradores, redoblando esfuerzos sobre todo con colaboradores neurodiversos.

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Se consideran a las personas neurodiversas quienes padecen de dispraxia (trastorno físico de base neurológica), dislexia, o cuentan con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), trastornos de ansiedad social y Trastornos del Espectro Autista.

Respecto a este último grupo de personas, la Secretaría de Salud estima que en el mundo uno de cada 160 infantes cuentan con este trastorno, mientras que en México se calculan más de 94 mil casos entre cero y cuatro años y más de 298 mil entre los 5 y 19 años.

Para las personas con TEA, procesar los cambios emocionales de una forma tan repentina puede generar diversas reacciones, tales como nerviosismo, tristeza, mal humor, angustia o incertidumbre, y para aquellos que se encuentran en la fuerza laboral, el cambio de rutina puede ser mayor.

Por otra parte, para las compañías que cuentan con personas con TEA entre su fuerza laboral, el contexto actual se vuelve aún más retador al momento de transformar la dinámica de trabajo a una virtual. Contar con herramientas tecnológicas se vuelve indispensable para mantenerse en constante comunicación con los colaboradores y entender cómo se sienten en esta nueva forma de trabajar.

Autismo en la industria tecnológica

En la gran mayoría de los casos, las personas neurodiversas tienen habilidades superiores a la media. Investigaciones muestran que algunas afecciones, como el autismo y la dislexia, pueden otorgar habilidades especiales en reconocimiento de patrones, memoria o matemáticas, lo que los convierte en elementos indispensables para la fuerza laboral. Sin embargo, el panorama no es alentador, a nivel mundial se estima que más del 80 por ciento de las personas que están en el espectro autista no tienen empleo.

Por otra parte, la diversidad en el ámbito laboral es un factor clave para la innovación y la creatividad en las compañías. De acuerdo con el estudio Diversity Matters elaborado por McKinsey, las empresas que se encuentran en el cuartil superior en diversidad tienen un 35% más de probabilidades de obtener ganancias financieras por encima de compañías de su misma industria.

En este sentido, empresas de la industria tecnológica han impulsado programas de inclusión para personas neurodiversas, demostrando que el capital humano en general muestra mayor productividad, mayor calidad e innovación, y altos niveles de engagement entre los colaboradores.

Desde 2013, SAP se propuso que 1% de sus colaboradores a nivel global estuviera representado por personas con TEA, y bajo este objetivo surge Autism at Work, programa que a la fecha cuenta con más 178 colaboradores con autismo en 15 países.

A través de un programa de selección, reclutamiento y capacitación, SAP México incorpora a partir de este año a tres personas de TEA en sus oficinas de Monterrey, esperando continuar con esta iniciativa en la Ciudad de México.

“Como una empresa innovadora, nuestra misión es contar con el mejor talento. Eso significa buscar y atraer a las personas con las mejores habilidades.

Esto lo logramos con programas como Autism at Work” indicó Julia Isaurralde, directora de Recursos Humanos de SAP México. “Con una estrategia de atracción de talento tan diversa como la que hemos ido construyendo a lo largo de los años, podemos contar con equipos más innovadores, creativos y productivos”, concluyó.