La “visión” de un arquitecto no vidente para las ciudades del futuro: planificar las urbes con todos los sentidos

Dicen que soñar no cuesta nada. Lo que cuesta es hacer realidad los sueños. Si analizamos como en el último siglo algunos visionarios soñaron las urbes del futuro, tanto en su realización optimista como catastrófica, constatamos que sus perspectivas se plasmaron, por suerte, sólo en parte. Y esto se debe a que las predicciones sobre la evolución (o involución) de las ciudades serán siempre limitadas, ya que están altamente condicionadas, entre otros factores, por uno de nuestros sentidos más desarrollados: la vista. Por ello, las visiones urbanísticas difícilmente sean multisensoriales. En la realidad, las ciudades parecen comportarse como organismos que revelan formas, texturas, sonidos, olores, colores y hasta sabores muy particulares, los que se encuentran en constante transformación.