El atropello en Florida de un grupo de niños por un automóvil cuyo conductor se dio a la fuga dejando dos muertos y cuatro heridos evidenció en plenas fiestas navideñas un problema de seguridad vial cada vez más común en EE.UU.: el "hit-and-run", literalmente "choca y escapa", causa de unas 1,500 muertes al año.