Un aumento de la temperatura media global de entre 3 y 4 grados (respecto a niveles preindustriales) a finales de siglo causaría 2.3 millones de muertes adicionales en Europa a consecuencia del calor, y la peor parte se la llevarían ciudades españolas, como Barcelona, Madrid o Valencia.
Más de 2.3 millones de personas morirán por calor en Europa si no se reducen las emisiones
